Érase una vez la Plaza del Grano

No había título como La Plaza del Grano de León. Una visión histórico-artística y una propuesta de futuro en este León siempre sumergido en su propio retrovisor de juego de tronos. Pero esta vez, él la vio primero. Aunque sea la plaza eterna de León. La que siempre ha estado ahí. Se había escrito tanto sobre ella que le faltaba el libro. A la Plaza del Grano de León se llega hasta por seis sitios, pero a partir de ahora se puede hacer por el libro. No lo había, y Pedro Gómez lo ha creado vía Eolas de Héctor Escobar para describir y reivindicar un espacio que si uno se apura bien, esto es, leyendo, llega a un final de viaje en el que se descubre que se está ante un conjunto histórico artístico. Primera reivindicación. En la Plaza del Grano había de todo. Edificios de siglos, dos iglesias, un convento, mucho tema clerical, vida de ciudad de mercado en los soportales, una fuente, un empedrado, recoveco que daba a la prostitución, y de vuelta, la salida a toda la vida del León que crecía. Pero este historiador, hostelero, músico dulzainero y gaitero y saga de leoneses militantes luego le da la vuelta a la plaza y sale por el futuro. Es más, la segunda parte del libro aborda qué debería ser o intentar ser para abordar los tiempos venideros. Es decir, que esta historia del pasado tiene un plan de futuro.