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Así es la cuelga, la dulce costumbre que nació en la montaña de León y que todos querrán en su cumpleaños

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Este original collar de chuches comenzó ofreciendo al agasajado frutas y panes y hoy se llena de coloridas golosinas adaptándose a los tiempos modernos pero sin perder su esencia leonesa

Nuria V. Martín 20 de septiembre de 2025 10:03 h 

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La cuelga leonesa es una de esas tradiciones que llenan de alegría y dulzura los cumpleaños en la provincia de León. Aunque no es muy conocida fuera de este territorio, para los leoneses es una costumbre profundamente arraigada, así como muy esperada por parte de los cumpleañeros.

La historia de la cuelga leonesa se remonta a las montañas de León. No existe documentación formal sobre los orígenes de esta tradición, ya que se ha transmitido oralmente de generación en generación, algo así como las historias ancestrales relatadas a la luz de la lumbre de las cocinas en un filandón.

Sin embargo, la acepción es oficial: el Diccionario de la Real Academia Española menciona el término “cuelga” como un regalo dado en el día de un cumpleaños. Originalmente, esa “cuelga” consistía en un collar hecho de cuerda de cáñamo en el que se ataban manzanas, panes, pastas y otros alimentos que la tierra ofrecía en el momento del cumpleaños.

Esta cinta, además de ser un símbolo de abundancia y buenos deseos, a veces contenía un aguinaldo escondido entre las manzanas. El obsequio se coloca alrededor del cuello del homenajeado en un momento de descuido.

Tradicionalmente, los padres o padrinos eran los encargados de preparar la cuelga, atando los dulces disponibles en la familia. Con el tiempo, la mejora en el poder adquisitivo y la llegada de una mayor variedad de productos al mercado permitieron que se añadieran nuevos tipos de golosinas, como los famosos Ronchitos de León, chupachups, palotes y bolsitas de piñones. Las manzanas fueron reemplazadas por caramelos y el pan por bombones, haciendo que la cuelga sea no sólo más atractiva sino también más práctica, ya que los dulces envueltos son fáciles de atar, se conservan mejor en el tiempo y no se pierden.

De la montaña leonesa a las afueras de la provincia

Aunque hubo un tiempo en que la tradición de la cuelga decayó, posiblemente debido a la proliferación de juguetes y otros obsequios, ha resurgido con fuerza en los últimos años. Hoy en día, es común encontrar largos collares de dulces de todo tipo adornadas con lazos de colores y celofanes brillantes en los quioscos. Una costumbre tan bonita que ha llevado a que no sólo los niños sean los beneficiarios de las cuelgas, sino también los adultos, incluidos los abuelos.

Pero no sólo se ve en los cumpleaños, ya que la cuelga también se asocia a festividades religiosas, como la de San Froilán. Durante la romería a la Virgen del Camino, es común ver a los participantes colgar cuelgas a San Froilán, en este caso con otros productos más acordes a la época del arranque otoñal, añadiendo un toque de devoción y celebración a esta tradición.

Y también es digno de mención su aparición en la literatura. En la web de Patrimonio de Sariegos , rescató unos versos de Francisco de Quevedo, el cual estuvo encarcelado varios años en el antiguo convento de San Marcos en León, que hacía alusión a esta tradición:

Si yo me muero, me olvidan,

y si cumplo años, me cuelgan;

si vengo, dicen qué traigo,

si voy, que lleve encomiendas.

Aunque todavía es una costumbre relativamente desconocida fuera de la provincia, gracias a las redes sociales y al boca a boca, está ganando adeptos en otras regiones. Personas de lugares tan diversos como Zamora, el País Vasco, Ibiza y Asturias han comenzado a adoptar esta tradición, fascinados por su encanto y sencillez. La cuelga leonesa no sólo representa una forma de celebrar los cumpleaños, sino también un gesto de cariño y buenos deseos.

La cuelga leonesa es una joya de la tradición local que continúa endulzando los corazones de quienes la celebran, por ser un gesto tan dulce y que se puede compartir con las personas que quieres, manteniendo viva una parte esencial del patrimonio cultural de León. ¡Felicidades!

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